El desconocimiento, muchas veces, nos lleva a encontrar un problema donde sólo había una circunstancia. Esta frase pronunciada por una famosa escritora ilustra muy bien que en ocasiones no encontramos la solución a un problema por puro desconocimiento. Sucede en todos los ámbitos de la vida y también a la hora de contratar productos financieros. Por eso, en las siguientes líneas te invitamos a descubrir cómo funciona un aval bancario.
¿Cómo funciona un aval bancario y en qué casos se utiliza?
Antes de explicarte cómo funciona un aval bancario, queremos que conozcas a sus tres protagonistas:
- Avalista. La entidad bancaria.
- Avalado. Un cliente del banco.
- Tercero. El beneficiario del aval.
Teniendo esto en cuenta, el aval bancario es una garantía que ofrece el avalista, con la que se compromete a cumplir la obligación del avalado, si este no lo hace, ante un tercero. Lo habitual es que las obligaciones sean una cierta cantidad de dinero, aunque también pueden ser otras.
Cuando un banco concede un aval asume una operación de riesgo similar a cualquier préstamo, aunque sin un desembolso económico en ese momento,por eso conlleva unas comisiones para quienes contratan este producto. Además, hay que tener claro que, aunque el banco en un principio asuma la cantidad que el avalado no satisface a ese tercero, posteriormente se la reclamará a su cliente. Es decir, no es un dinero que se dé a fondo perdido.
La ventaja para quienes contratan un aval bancario es que el beneficiario firmará la operación para la cual se ha solicitado, ya que es su garantía de pago. Antes de recibir el aval, el cliente debe firmar ante notario una Póliza de Cobertura de Garantía Bancaria.
En algunos casos, el trámite es más sencillo. Por ejemplo, es posible que el aval bancario sea para alquilar una vivienda. El propietario podría exigir un aval bancario que garantice el pago de las cuotas de seis meses o un año. Es posible que el cliente cuente con esa cantidad ahorrada y la deposite en el banco como aval para firmar el alquiler. En ese caso, todo será más fácil.
¿Qué dos tipos de avales bancarios existen?
Aunque ya lo hemos comentado, un aval no cubre solo una cantidad económica. Estos son los dos tipos que puedes solicitar:
- Financieros. En este caso, sí cubre el pago de cierto dinero al beneficiario por parte del banco si el avalado lo no hace.
- Técnico. Son avales que cubren cualquier otro tipo de obligación que no sea económica. Son muy utilizados cuando se firman acuerdos con organismos públicos y pueden estar relacionados con la ejecución de una obra, el funcionamiento de un equipo, el suministro de materiales y otras cuestiones similares.
¿Todavía tienes dudas sobre los avales bancarios? Ponte en contacto con nuestro equipo de expertos y te ayudaremos a conocer mejor este interesante producto financiero.