Muchas personas se sienten abrumadas por todos los pagos que tienen que afrontar cada mes. Es cierto que algunos son inevitables, pero otros se pueden eliminar o al menos bajar su coste. A lo largo de este artículo queremos mostrarte cómo reducir la mensualidad de tu hipoteca. Descubrirá hasta cuatro opciones diferentes.
¿Cómo puedes reducir la mensualidad de tu hipoteca?
En los siguientes apartados te mostramos cómo reducir la mensualidad de tu hipoteca, presta atención.
1. Alargar el plazo de devolución
Para reducir la mensualidad de tu hipoteca una de las opciones es alargar el plazo de devolución. Para hacerlo, debes hacer una novación que conllevará unos gastos de notaría y el banco puede pedir una tasación para estudiar su rentabilidad. Otro aspecto a tener en cuenta es que, al ampliar el tiempo, pagas más intereses y encareces el coste final de tu hipoteca.
2. Carencia de capital
Si necesitas bajar la cuota de tu hipoteca durante un tiempo, puedes solicitar una carencia total o parcial. En el primer caso, dejarás de pagar todo el capital y abonarás solo los intereses, mientras que en el segundo no pagarás ninguna cuota durante los meses acordados.
En muchas hipotecas se incluyen cláusulas que regulan este tipo de acuerdos. Se establecen unas bases y el cliente se puede acoger a una carencia de capital en determinadas circunstancias, como una situación de desempleo. Es una buena idea, ya que da una cierta tranquilidad a los hipotecados.
En algunos casos la carencia es un producto gratuito, pero el dinero que no se paga en ese momento se tendrá que abonar más adelante y al final el coste de la hipoteca será más alto.
3. Amortización anticipada
Reducir la cuota de la hipoteca se solicita muchas veces cuando no se atraviesa una buena situación económica. En esos casos, amortizar parte del capital pendiente es utópico. Pero si cuentas con ahorros y quieres pagar menos mes a mes, sin duda es la mejor opción. Recuerda que también podrás reducir el plazo, aunque en este caso la cuota mensual seguirá siendo la misma.
4. Capital diferido
Una última posibilidad es el capital diferido, que siendo sinceros no se suele emplear demasiado en hipotecas de particulares, aunque sí se hace en otro tipo de préstamos, por ejemplo, al comprar un coche. Consiste en una última cuota de la hipoteca que englobe entre el 30 % y el 40 % del capital concedido.
Es decir, si solicitas una hipoteca de 200.000 euros, con un capital diferido del 35 %, pagarás una cuota mensual durante el tiempo establecido sobre 130.000 euros. Al terminar de abonar esa cantidad, tienes que asumir una cuota final de 70.000 euros.
Como es lógico la cuota mensual será más baja, ya que no se calcula sobre 200.000 euros, sino sobre 130.000 euros. Pero es un producto de riesgo y no es fácil que una entidad bancaria lo conceda a un particular. Eso sí, ten en cuenta que cuando llegue el momento esos 70.000 se pueden hipotecar también y siempre te habrás ahorrado los intereses de esa cantidad en la primera hipoteca.
Sin duda, reducir la mensualidad de tu hipoteca puede ser imprescindible en algunos momentos, pero hay que elegir con cuidado la forma de hacerlo.